Tengo que reconocer que soy una mujer de extremos, es decir…¡¡puedo pasar del blanco al negro sin despeinarme ni un poco!!. Por poner algunos ejemplos: O no voy al gimnasio en mes y medio o me pego la paliza del siglo una semana seguida (eso sí, luego subo las escaleras de casa a gatas por las agujetas!)… Puedo acabar con pesadez de estómago por los atracones que me meto de dulce…o pasar tanta hambre que me noto el ombligo en los riñones…O ponerme a ordenar armarios como una histérica a pasar a tirar montoncitos de ropa en pelota dentro. En fin…soy así, tengo que aceptarlo. ¿¿¿Por qué no encontraré el punto medio??? Puedo con eso y más. Pero lo que se me está atragantando este verano…es el extremo de estar en Ibiza la semana pasada, en sitios estupendos de camas blancas en la playa rodeada del mejor postureo en biquinis y tacones…a estar tumbada en mitad de la arena con los niños haciéndome hinchar pelotas de goma para hacer el animal en el agua. No se…oer…¡¡¡me está costando!!! Escenifico…me tumbo en la arena encima de la toalla toda glamourosa con mi capazo a juego, (dejé mi bolsa de plástico en Ibiza 😉 ) intentando pringarme lo mínimo posible de arena…porque claro…aquí camas blancas como que no!!, a lo que iba, intentando recordar la música chill out de la isla…¿que haría sin esos momentos de aislamiento?. Cuando de pronto…¡¡¡Diosss!!!, un alarido de ansiado adolescente me saca de mis pensamientos para decirme que le comparta internet de mi móvil que quiere bajarse algo del Rubius! (Sí, ese que se ve es lo más entre los jóvenes estos que tienen cara cuadrada de tanta pantalla) . Vaya tortura me llevan con el chaval ese, que de verdad no le pillo la gracia…y los míos se les salen las lágrimas de la risa con solo oírlo. ¿¿¿Será que ya tengo «cuaren»???. Me tumbo de nuevo recomponiendo mi estilosa figura (ante todo actitud)…quito de nuevo la arena…toalla perfecta mirando al sol…y…¿¿¿Qué pasa ahora???…Me incorporo y el otro llorando que se le ha roto el castillo de arena…¡¡¡pufffffff!!!. He pasado de sostener una copa de vino blanco mirando al mar…¡a hincar rodillas en la orilla para intentar salvar el castillo de arena más importante del mundo!. Este extremo de verdad que me está costando de digerir…. Pasar del glamureo a esto…¡es duro!. ¡¡¡Peroooo sin ellos tampoco podría estar!!! La verdad es que en el fondo…¡molan mucho!. Contradicciones supongo de cuarentona estupenda 😉 Escrito por Marta cuarentayq.es byMarta.
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